jueves, 27 de julio de 2017

COLEGIO INCADE 
GUÍA DE TRABAJO AUTÓNOMO NUMERO TRES
ASIGNATURA: ÉTICA

Tema: Categorización de los valores
¿A que llamamos valores? Definir lo que son los valores no es asunto fácil. Podemos empezar diciendo que los valores son estándares interiorizados con los cuales juzgamos el mundo y lo clasificamos en categorías de bueno o malo. En este sentido, podemos decir que un valor es una creencia, o una tendencia a creer en la bondad o maldad que se le puede atribuir a una acción o una situación. Hay gente que piensa que los verdaderos valores son pocos, y que son muy relevantes y centrales para nuestra vida. Otros piensas que los valores son simplemente gustos, y usan el término “valor” mucho más libremente, para referirse a cualquier cosa de la que estamos a favor o en contra. Algunos otros tienden a pensar que un valor debería verse en la acción, en la conducta, pues es una tendencia a actuar de determinada manera. Otras personas consideran que los valores son solamente positivos, y que aspectos que consideramos “negativos” tales como la traición, el robo, o la irresponsabilidad, no son verdaderos valores aunque existan personas que los persigan y los consideren metas para su vida. ¿Por qué no son iguales todos los valores? Ellos pueden tener distinta naturaleza, pues existen diferentes categorías o “dominios” de valores. Por ejemplo, veamos los siguientes tres valores: 1) Considero que la justicia es un derecho de las personas. . 2) No me gusta que en un entierro se usen vestidos de colores. A un entierro debe irse con ropa oscura en señal de respeto. 3) Me encantan los helados de chocolate, los prefiero a los de vainilla. Aunque distintas, las tres afirmaciones nos muestran valores. El deseo de justicia es un valor moral, el gusto por el luto es un valor socio-convencional, y la preferencia en los sabores es un valor personal. Así, si bien estamos tratando con valores, cada uno de ellos pertenece y hace referencia a un dominio valorativo distinto. Los valores personales son aquellos que expresan gustos o preferencias individuales. En ellos no hay acuerdos ni reglas, ni existe legislación posible para gobernarlos. Uno no puede estar equivocado, ni tener la razón sobre lo que al otro le gusta o escoge. Los valores  personales expresan nuestras diferencias como personas, aquello que nos gusta, o que preferimos sobre otras cosas. El mundo de los acuerdos sociales y las convenciones tiene que ver con nuestros valores sociales. Aunque a uno le guste mucho vestir en pantalones cortos todo el año, en la oficina donde uno trabaja puede existir una norma por la cual no se nos permite ir a trabajar llevándolos. Las personas hemos creado normas y reglas de urbanidad que deben seguirse si deseamos convivir de manera más o menos razonable. Hay reglas de cortesía, reglas sobre cómo debemos vestir, reglas de tránsito.. Se trata de costumbres y normas sociales que son casi siempre culturales, y que pueden ser modificadas si el grupo o la autoridad así lo decide. Ahora, cuando hablamos de valores morales estamos entrando a un terreno distinto. Los valores morales son aquellos que se distinguen por su universalidad, que no se justifican por una ley, sino por su propia naturaleza ética. Ellos no están abiertos a gustos locales, a caprichos o a costumbres; de no ser respetados, tienen un potencial intrínseco para herir y hacer daño. Los valores morales son difíciles de definir, precisamente porque el término “valor”, en general, se usa con descuido.
El Prisma Moral
Los seres humanos vemos el mundo de forma diferente unos de otros. Por ejemplo, los niños piensan que las nubes caminan detrás de ellos, y que los sueños están físicamente presentes en sus dormitorios durante la noche. Los adolescentes piensan que todo el mundo los juzga y los analiza. Los niños en primaria creen que el pensamiento es omnipotente, y que "resolver algo" es equivalente a hallar la verdad. Y un largo etcétera. ¿Estamos conscientes de que los niños, jóvenes y adultos también ven el mundo moral de forma diferente? Por ejemplo, los niños en los primeros grados de primaria piensan que cualquier diferencia es injusta, y prefieren botar a la basura un dulce extra antes que permitir una distribución desigual. Los adolescentes consideran que es inmoral revelar la falta cometida por un compañero, aunque se trate de una falta grave. “Tapar” la falta del compañero se considera lealtad. Muchos niños consideran moralmente correcto obtener lo que quieren... podemos preguntarnos, ¿porqué existen estas diferencias y porqué son importantes para la educación moral? Lo que ocurre es que cada persona piensa sobre los valores desde su propio nivel de desarrollo moral. Conforme las personas crecen, van desarrollando nuevas y más adecuadas formas de resolver los asuntos morales. Los niños están (cognitiva y afectivamente) menos desarrollados que los adolescentes, y éstos menos desarrollados que los adultos. Cuando una persona (niño, adolescente o adulto) se enfrenta a un problema moral, él o ella lo interpreta, y esta interpretación se debe en parte a su particular historia personal (su cultura, su religión, su experiencia educativa, su familia, etc.), y en parte a su nivel de desarrollo moral. La  interpretación que la persona hace es crítica para lo que juzgará como correcto o incorrecto, como algo de valor, o algo que vale poco. Esta es una razón por la cual los adultos usualmente encuentran que muchos niños y adolescentes "no entienden" los problemas cuando ellos tratan de explicárselos. En realidad los niños y adolescentes entienden los problemas, pero los entienden de forma diferente a como lo hacen los adultos. La segunda forma en que las personas pueden diferir es en lo que se conoce como dominio de categorización. Con mucha frecuencia hablamos de valores y de lo que constituye un buen carácter y un comportamiento ético, pero usualmente olvidamos que hay diferentes categorías o dominios de valores. Por ejemplo, mi valor de búsqueda de justicia es diferente de mi valor por la modestia en el vestir, que es diferente del valor que le doy a los helados de chocolate por sobre los de vainilla. Todos son valores, pero la justicia es un valor moral, el vestido es un valor socio-convencional, y la preferencia en el sabor es un valor personal. Hay diferentes criterios en los distintos tipos de valores; lo que es más interesante es que, aun cuando hay gran acuerdo sobre a qué dominio pertenecen los valores, muchos asuntos relativos a los valores no son claros, y las personas pueden diferir en cómo categorizarlos. Un buen ejemplo es el caso del uso de alcohol, tabaco o drogas ilícitas. Los adolescentes suelen no ver la relevancia moral de esas sustancias, pues para ellos el uso de drogas es un asunto de preferencia personal, tal como preferir un helado de chocolate. De este modo, hemos visto cómo las personas pueden diferir entre ellas por mirar a través de un diferente prisma moral. Los seres humanos pueden estar en un nivel de desarrollo diferente, o pueden categorizar sus valores de distinta forma. Es importante señalar que estas diferencias no sólo se dan entre los niños y los adultos, sino también al interior de los dos grupos.
Responde al respaldo de la hoja las siguientes preguntas:
1.        ¿Qué son los valores?
2.        En general ¿Qué piensan la gente  sobre los valores?
3.        Como podemos explicar que es un valor moral, un valor socio convencional y un valor personal?
4.        ¿Por qué las personas vemos el mundo de forma diferente?
5.        Teniendo en cuenta el concepto de moral, ¿qué diferencias se encuentran entre los niños, los adolecentes y los adultos?
6.        Enumere los cinco valores que consideres más importantes para vivir en sociedad, y explique porque su elección.
7.        Escriba una frase que invite a los demás a desarrollar y aplicar los valores.


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